La cascarilla de soja es un subproducto valioso con aplicaciones versátiles en diversas industrias. Su contenido en fibra, proteínas y grasas saludables la convierten en un recurso útil para mejorar la nutrición animal, producir energía renovable y enriquecer la fertilidad del suelo.

La cascarilla de soja es un subproducto altamente beneficioso que encuentra aplicaciones tanto en la alimentación animal como en la agricultura como abono. 

En la alimentación animal, esta cascarilla se destaca por ser una excelente fuente de fibra dietética, proteínas y grasas saludables. Estos componentes nutricionales contribuyen al desarrollo y crecimiento saludable del ganado y aves de corral, mejorando la calidad de la producción de carne, leche y huevos. Además, su contenido en fibra favorece una digestión adecuada y promueve la salud gastrointestinal de los animales.

Por otro lado, en la agricultura, la cascarilla de soja es aprovechada como enmienda orgánica para mejorar la fertilidad del suelo. Al ser incorporada al suelo, incrementa el contenido de materia orgánica, lo que favorece la retención de agua y nutrientes, beneficiando el crecimiento óptimo de los cultivos y aumentando su rendimiento. Este uso de la cascarilla de soja como abono contribuye a una gestión más sostenible de los recursos agrícolas y disminuye la necesidad de utilizar fertilizantes químicos.